Jerga de "política"

Identifícase así a una tendencia política que pregona en forma contestataria la revolución como método para arreglar la sociedad. Si bien no pregonan la revolución armada, la centran en no pagar la deuda externa, nacionalizar lo extranjero, control obrero sobre la producción y muchas otras acciones. Todo eso puede sonar muy lindo, justo e igualitario pero se convierte en una utopía peligrosa que de llevarse a cabo nos pondría a merced de los grupos de poder afectados, que no repararían en métodos, como ya lo hicieron en el pasado aquí y en otros lugares del mundo, para defender con sangre y fuego sus intereses y statu quo. Cuba es un mal ejemplo y ellos no permitirán que algún país los imite. Sus dirigentes e integrantes son gente joven siempre, ya que los antecesores son desplazados y hasta expulsados cuando por edad y experiencia adquirida atemperan sus ánimos y reclamos a lo posible y no lo deseado. Sus militantes y seguidores se encuentran generalmente en la clase obrera y en los jóvenes de clase media que tienen ese maravilloso ímpetu de querer arreglar todo de cualquier manera. No encuentran mayores adeptos en las clases populares o populistas, si las hay. Reflexión, no sería mejor que aportaran sus ideas y esfuerzos a esos gobiernos populares o populistas que siempre son mejores a los que se quiere combatir y que en definitiva por caminos más pragmáticos buscan una solución muy parecida a la de ellos, como ser el bienestar de todos con la inclusión de todos.

Apodo con el que se conoció en Twitter a Tomas Massa, hijo del ministro de economía Sergio Massa, luego de que se conociera que una empresa radicada en Miami con contratos con algunas empresas estatales lo contrató para cubrir el mundial de Qatar, a pesar de su edad y falta de experiencia.

Integrante del Partido Comunista, comunacho, comuñángara, humanoide. Un tanto despectivo.