Definiciones escritas por: Abraham Piney
embarcaciones
Las que se usan en la navegación de los ríos ecuatoriales son de casco plano, dándoles la forma de botes. Se clasifican, según su tamaño, en montería, que carga hasta 38 quilates; garitea, hasta 75, y batelones, hasta 200 y más. Una montería tiene de seis a ocho varas de largo, y de dos a tres de ancho. La garitea, de ocho y once por dos y tres de ancho. El batelón, de once y catorce por tres y cuatro. El casco se labra del tronco carcomido de una mara o caobo, que se va abriendo a fuego lento colocándolo a tres cuartas o una vara sobre el suelo. De este modo, cuando el fuego es vivo y bien dirigido, a las dos horas el palo está completamente blando, pudiéndosele dar la forma conveniente. Después se acaba de labrar, procurando que el ángulo de proa sea lo más agudo posible, hará que corte bien el agua, y que la popa y proa sean bien levantadas, para que la embarcación no peligre en las fuertes olas que se levantan en los ríos. El calado de estas embarcaciones nunca excede de una vara a cinco cuartas. La tablas se trabajan con hacha y azuela, de modo que de un tronco cualquiera solo se sacan dos tablas. Consta, pues, una embarcación, ya sea montería, garitea o batelón, del casco, tablas, dos rodelas de proa y popa, codos o barrotes que lleva de trecho en trecho para darle más solidez, y quilla y timón. La tripulación ordinaria es de cinco hasta quince hombres. Uno maneja el timón y los demás reman. El remo no excede de vara y media de largo. Se rema sin punto de apoyo, y como se dice a pulso, al contrario del remo de boga; primero porque como se va siempre aguas arriba buscando la menor corriente posible, chocaría el remo en las orillas, barrancas o troncos; después, porque el modo de colocar la carga no deja espacio suficiente a los tripulantes para usar los remos de boga. Los tripulantes se colocan parados en los costados de la embarcación, y para punteros se eligen los más diestros. Estos punteros van delante y tienen por obligación vigilar cuando hay troncos u otra clase de obst
cebar
Ir alimentando el mate con yerba. Por esa palabra se desprende la habilidad que requiere la preparación de aquella infusión criolla.Se dice cebar mate en el mismo sentido que cebar un horno, un arma de fuego o un animal para la matanza; esto es, operando con tiempo y medida. Véase Mate y Yerba.
maqueño
Plátano grande como el puño, especie de hartabellaco.
baqueano
Guía práctico de un terreno. El baqueano es un tipo rural tan útil y notable como el rastreador. El baqueano es hombre que ha debido de andar mucho y tener buen ojo para reconocer lo andado, cosa no muy fácil en la Pampasia, donde, como vulgarmente se dice, todo el monte es orégano á causa de la uniformidad del paisaje. El rastreador, de más mérito aún, tiene vista y olfato, pues conoce las huellas de unanimal, y da con un individuo por oculto que esté. En una palabra; si el baqueano es la brújula de la pampa, el rastreador es el sabueso.- El mérito de ambos se aquilata reflexionando lo que es la pampa platense, verde llanura, mar seco sin otrillas, á veces sin un árbol, sin un médano, sin un hilo de agua, océano de verdura donde todo rastro se pierde como el surco de la quilla en el agua y donde ya alzado el sol, quienquier que no sea baqueano pierde el rumbo y anda como una aguja loca de imantar. Baqueano, en mi opinión, debiera escribirse vaqueano, pues es más que probable derive de vaquero, el mejor práctico de un terreno por razón de su oficio nómada, pero lento y continuo. El Sr. Cuervo apunta que deriva de baquia, término con que los españoles designaron después de la conquista a los soldados viejos, y significa veterano, experto. Añade que Juan de Guzmán, en su notación 28 sobre la Geórgica I° de Virgilio, escribe vaquiano, diciendo que es voz de la isla de Santo Domingo. Pudo tener razón Guzmán, pero es muy singular que Esteban Pichardo, en su Vocabulario de voces cubanas, no cite ni por asomo ese vocablo, y eso que Pichardo era nacido en el corazón de la isla de Santo Domingo, como él mismo dice en el prólogo de su obra. Tampoco me parece quichismo. Mateo Alemán emplea la palabra en igual sentido en su Guzmán de Alfarache.
chamal
Bayeta cuadrada con que las indias serranas se cubren de medio cuerpo arriba a manera de mantón.